domingo, 19 de agosto de 2012

La Vida: Ambiciones y Propósitos


Había en un prado solitario una bonita Violeta que vivía, satisfecha, entre sus compañeras.

Cierta mañana, alzó su cabeza y vio una Orquídea que se alzaba, por encima de ella, radiante y orgullosa.


Gimió la Violeta diciendo:

Poca suerte he tenido entre las flores. ¡Humilde es mi destino! 
¡Vivo pegada a la tierra y no puedo levantar mi cara hacia el sol como lo hacen las Orquídeas!

Y la Madre Naturaleza la oyó y le dijo a la linda Violeta:



¿Qué te ocurre, Hija mía? ¿Las vanas ambiciones se han apoderado de ti?

- Te suplico, Madre Tierra Poderosa - dijo la linda Violeta -, que me transformes en Orquídea, tan siquiera por un día.


- No sabes lo que estás pidiendo - respondió la Madre Naturaleza -. Ignoras los infortunios que se pueden esconden tras la apariencia de las grandezas.

- Transfórmame en una Orquídea esbelta - insistió la linda Violeta-. Y todo lo que me acontezca será consecuencia de mis propios deseos y aspiraciones.

La Madre Naturaleza extendió su mágica mano y la linda Violeta se transformó en una suntuosa Orquídea...





Y, en la tarde de aquel día, el cielo se oscureció... los vientos y la lluvia devastaron el prado. Y los Arboles y las Orquídeas cayeron abatidas... Solamente las humildes y lindas Violetas escaparon a la masacre.



Y una de ellas, mirando a su alrededor, dijo a sus compañeras:

- Mirad, Hermanas, lo que la tempestad hizo de las grandes plantas que se levantaban con orgullo e impertinencia. 

- Nosotras nos apegamos a la Tierra, nos protegemos con ella - dijo otra -, de esta forma escapamos a la furia de los huracanes.

Y dijo una tercera... 

- Somos pequeñas y humildes, pero las tempestades no pueden con nosotras, estamos bien asentadas.


Entonces, la Reina de las Violetas vio a la Orquídea que había sido Violeta, extendida sobre el suelo, como muerta. Y dijo: 

- Ved y Meditad, Hijas mías, sobre la suerte de la Violeta ilusionada por sus ambiciones. ¡Qué su infortunio sirva de ejemplo!

Y oyendo esas palabras, la Orquídea agonizante se estremeció y, apelando a todas sus fuerzas, dijo con voz entrecortada: 

- Oídme, ignorantes, satisfechas y cobardes. Ayer era como vosotras, humilde y segura. Mas la satisfacción que me protegía también me limitaba. Podía continuar viviendo como vosotras, pegada al suelo, hasta que el invierno me envolviera con su nieve y me llevase hasta el silencio eterno, sin conocer los secretos y las glorias de la vida, más allá de lo que innumerables generaciones de Violetas conocieron, desde que hubo Violetas en el mundo.

Pero escuché, en el silencio de la noche; y oí al Mundo Superior decir a este mundo: "El Objetivo de la Vida es alcanzar lo que hay más allá de la Vida."


Pedí, entonces a la Madre Naturaleza - que no es sino la exteriorización de nuestros sueños invisibles - me transformara en una Orquídea. Y la Madre Naturaleza accedió a mi deseo.

Viví una hora como Orquídea. Viví una hora como Reina. Y vi el mundo con los Ojos de una Orquídea. Y oí la Melodía del Eter con los Oídos de una Orquídea. Y acaricié la Luz con los Pétalos de una Orquídea. ¿Puede, alguna de vosotras, vanagloriarse de tal honra?


Muero ahora, llevando en mi Alma lo que el Alma como Violeta alguna jamás experimentó. Muero sabiendo lo que hay más allá de los horizontes estrechos en que nací. Y este es el Objetivo de la Vida.


Hermoso Cuento de Khalil Gibrán (1883-1931), famoso poeta libanés, con una historia personal bastante compleja y de desarraigo que nos muestra aquí varias enseñanzas...

 En un principio, podemos ver un claro ejemplo de las limitaciones interiores que nos impiden crecer para convertirnos en aquello que realmente somos… la Vida vale más que la presunción. Es preferible ser “Loba viva, que Leona muerta”.

 Por otro lado, te hace también Comprender que es bueno desear vivir una Vida guiada por el sentido común y el juicio sano, reconociendo que la Realización y la Felicidad en la Vida están en lograr alcanzar la Madurez y una buena Conciencia, respetando la Naturaleza de los demás, cultivando las cualidades que dignifican e intentar superarnos manifestando aprecio por la Vida que se nos ha dado.

 Al mismo tiempo, nos muestra que, a veces, es duro y doloroso salir de nuestra zona de comodidad y atrevernos a romper nuestras aparentes limitaciones con responsabilidad, pero a su vez es sencillamente maravilloso, gratificante, valiente y generoso hacerlo, por tí y por tod@s.

Me permito seguir con el cuento...

El Alma de la Violeta decidió seguir ampliando horizontes y fue a reencarnarse en un lugar del Polo Norte...


Una mañana, un Oso blanco olfateó en el aire un olor insólito, y se lo hizo notar a la Osa mayor (la menor era su hija):

- ¿Habrá llegado alguna expedición?

Pero, en cambio, fueron los Ositos quienes encontraron una Violeta. Era una pequeña y linda Violeta de color violeta y temblaba de frío, más continuaba perfumando el aire animosamente, porque éste era su deber.

- ¡Mamá, papá! - gritaron los Ositos -.

- Ya dije yo que aquí había algo raro.. - hizo observar inmediatamente el Oso blanco a su familia - Y, según me parece, no es un pez.

- Seguro que no - dijo la Osa mayor -, pero tampoco es un pájaro.

- También tú tienes razón - dijo el Oso después de haberlo pensado un buen rato... -.


Antes del atardecer, la noticia se había difundido por todo el Polo: un pequeño y extraño ser de color violeta, había aparecido en el desierto de hielo. Se sostenía sobre una sola pierna y no se movía...

Llegaron Focas y Morsas para ver a la linda Violeta. De Siberia llegaron los Renos; de América, los Almizcleros, y desde más lejos todavía, Zorras blancas, Lobas y Urracas marinas. Tod@s admiraban la Flor desconocida, su tallo tembloroso; tod@s aspiraban su perfume, y siempre quedaba el suficiente para l@s que llegaban últim@s a oler, siempre quedaba la misma fragancia que antes.

- Para despedir tanto perfume - dijo una Foca -, debe de tener una reserva bajo el hielo...


- Eso es lo que yo dije enseguida - exclamó el Oso blanco -; dije que había algo debajo.

No había sido exactamente lo que dijo, pero ya nadie se acordaba de ello...

Una Gaviota que había sido mandada al Sur en busca de información, regresó con la noticia de que el pequeño ser perfumado se llamaba Violeta y en algunos países de por allá las había a millones.

- Sabemos algo más que antes... - observó la Foca -. Pero, ¿cómo ha llegado hasta aquí precisamente esta Violeta? Os diré lo que pienso: estoy bastante perpleja...

- ¿Cómo ha dicho que está? - preguntó el Oso blanco a su mujer -.


- Perpleja. Es decir, que no sabe a qué atenerse - dijo ella.

- Eso, - exclamó el Oso blanco -, exactamente, es lo que me sucede a mí.
  
Aquella noche, un terrible temblor recorrió todo el Polo. Los hielos eternos temblaban como cristales y se resquebrajaron por varias partes... 


La linda Violeta despidió un perfume más intenso, como si hubiera decidido derretir de golpe el inmenso desierto helado para transformarlo en un mar azul y caliente, o en un prado de terciopelo verde. El esfuerzo la agotó. Al amanecer la vieron marchitarse, doblarse sobre su tallo, perder el color y la vida. Traducido a nuestras palabras y a nuestro idioma, su último pensamiento debió ser más o menos éste: 

“Sí, me estoy muriendo… Pero era necesario que alguien empezase… Un día las Violetas llegarán hasta aquí a millones. Los hielos se derretirán y aquí habrá islas, prados, campos, flores y niñ@s”

Cuento de Gianni Rodari

 Con el relato de esta segunda parte, se trata de darnos cuenta de lo mucho que podemos dar cuando perseguimos un objetivo y aun estando sometid@s al más intenso “stress”, como le sucede a La Violeta en su lucha por darse a conocer y allanar el terreno para sus futuros y remotos congéneres. Porque nuestras metas personales, por pequeñas que sean, forman parte del Todo, del Universo, como cada uno de los granos de la arena, como cada semilla de cereal, como cada célula… No deberíamos olvidar la Grandeza del Ser que cada un@ de nosotr@s posee y que tod@s tenemos algo que aportar: nuestro Propósito.



Te deseo que en cada día de tu Vida sepas romper con las limitaciones que te impiden ver, sentir, oler y escuchar con los verdaderos sentidos, los Sentidos Salvajes: los que se adquieren escuchándose, meditando, sintiéndose y trabajando para y por Ser y tener cada día más una Autoestima Equilibrada.

Todo lo Mejor


Miryam SF
El Ser Salvaje que Yo Soy, saluda al Ser Salvaje que Tú Eres

1 comentario:

  1. Así es, Alejandro, nada ocurre así como así, todo tiene su causalidad. Tal vez tu cerebro no lo sepa, puede que jamás lo imagine. Pero tu Corazón lo sabe. Tu corazón siempre lo sabe.

    Bendiciones

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